Filtros vivientes

Por Juan Ignacio Pérez, el 27 enero, 2015. Categoría(s): General ✎ 8
Mejillones cultivados en estacas
Mejillones cultivados en estacas

En el mar abundan los animales que se alimentan filtrando el agua y reteniendo e ingiriendo las partículas que se encuentran en suspenión. En las masas de agua naturales hay muchísimas partículas en suspensión. Suelen tener unas pocas micras de diámetro y pueden alcanzar concentraciones muy altas. En aguas de alta turbidez la concentración de partículas puede superar el valor de cien mil por mililitro y en aguas extraordinariamente limpias puede rondar las cinco mil partículas por mililitro. Muchas de esas partículas son de escaso valor nutricional, pero también las hay, -fitoplancton, principalmente-, muy valiosas.

Esponjas, bivalvos, crustáceos y algunos otros grupos más se alimentan de ese modo, reteniendo esas partículas y utilizándolas como alimento. Cada grupo utiliza un procedimiento diferente para impulsar el agua que ha de ser filtrada, pero la mayoría generan corrientes mediante el batido de cilios o apéndices especiales. De entre las partículas que se encuentran en suspensión, las microalgas son las que tienen un mayor valor alimenticio, pero además de las microalgas, también son muy abundantes las partículas microscópicas de carácter detrítico que son, además, de muy diversa naturaleza. Lo cierto es que, sean de mayor o menor valor, son partículas de alimento puesto que, en alguna fracción al menos, se trata de materia orgánica susceptible de ser utilizada por los animales que las retienen e ingieren. Además de la orgánica, también hay materia particulada inorgánica en suspensión y en esa materia suele haber materia orgánica adsorbida. Esa materia forma una fina película en su superficie en la que abunda microflora bacteriana que también constituye una fuente potencial de alimento para los organismos filtradores. Así pues, de un modo u otro, hay una gran cantidad y variedad de partículas suspendidas en la masa de agua con algún valor alimenticio.

Los animales filtradores pueden ser planctónicos o bentónicos. Son muy abundantes los copépodos (pequeños crustáceos) planctónicos y es muy importante el papel que juegan en las redes tróficas. Los copépodos, así como otros crustáceos planctónicos de pequeño tamaño, sirven de alimento  a peces y otros depredadores. Constituyen, de hecho, el nexo trófico entre los productores primarios planctónicos (microalgas) y otros productores secundarios (ciertos peces, por ejemplo).

Los filtradores bentónicos también son de gran importancia ecológica. Los más abundantes son los bivalvos, pero además de bivalvos hay numerosas especies de otros grupos, como esponjas, gasterópodos filtradores, percebes (artrópodos) o ascidias. Los bivalvos no sólo son muy abundantes, tienen además una gran capacidad para bombear y filtrar agua. A modo de ejemplo, se puede dar el dato de que un mejillón de un gramo de biomasa (seca y excluida la concha) es capaz de filtrar entre dos y tres litros de agua a la hora, e incluso más. Ese es el volumen de agua que hacen pasar a través de su branquia, ya que es este órgano el que realiza la tarea filtradora en este grupo. Pues bien, eso quiere decir que un bivalvo puede filtrar del orden de 60 litros diarios. Y esa es la razón por la que los bivalvos ejercen un impacto enorme en estuarios, bahías y aguas costeras en general.

bateas
Bateas de mejillones

Por ejemplo, la Ría de Arosa contiene 4.335 millones de metros cúbicos de agua (promediando mareas). Teniendo en cuenta el intercambio que se produce con el exterior de la ría con cada subida y bajada de marea, se necesitan del orden de 23 días para renovar esa masa de agua. Es una ría de alta productividad; la biomasa de mejillones cultivados en ella alcanza los 7.000 millones de gramos (masa seca sin contar las conchas). Además de los mejillones cultivados, en la Ría de Arosa también hay poblaciones importantes de berberechos, almejas y otras especies, aunque esas especies no se han computado aquí a efectos de cálculo. Pues bien, esos mejillones filtran 350 millones de metros cúbicos por día, por lo que necesitan del orden de 12 días para filtrar toda el agua de la ría, o sea, la mitad del tiempo que se requiere para renovar esa masa de agua.

Oosterschelde es uno de los mayores estuarios de los Paises Bajos. Como consecuencia de las obras de ingeniería civil realizadas allí para protegerse de tormentas e inundaciones, en la actualidad se encuentra bastante cerrado; es casi como un pequeño mar interior. Contiene un volumen de 2.740 millones de metros cúbicos de agua (la mitad que la Ría de Arosa) y la permanencia de esa agua en su interior es de unos 40 días. La biomasa de berberechos y mejillones que hay en el estuario es de 8.500 Tn. Esos moluscos filtran 740 millones de metros cúbicos diarios, por lo que necesitan menos de cuatro días para filtrar todo el volumen contenido en el estuario, esto es, menos de la décima parte del tiempo que se requiere para su renovación.

Los tiempos necesarios para filtrar el volumen de agua contenida en ambos estuarios no son tiempos extremos; en la mayor parte de los estuarios o rías son similares, aunque también los hay más breves y más prolongados. El caso es que esos tiempos ponen claramente de manifiesto cuál es la magnitud del efecto que ejercen las poblaciones de bivalvos, naturales o cultivadas, en los medios que ocupan. Gracias a la actividad filtradora, los moluscos suspensívoros, como almejas, mejillones, o berberechos, retiran de la masa de agua el material particulado, el que surge en el mismo estuario o el que llega del mar o los ríos. A modo de ejemplo, veamos los siguientes datos: los bivalvos de la Ría de Gernika, aun siendo comparativamente muy pocos, filtran cada día 1’2 millones de metros cúbicos de agua y retienen en sus branquias 4 Tn (masa seca) de materia particulada en suspensión. Gracias a la actividad de esos bivalvos el agua se mantiene más limpia (menos turbia), los nutrientes minerales se reciclan más rápidamente y, como consecuencia de ello, se estimula la producción primaria, por paradójico que esto pueda parecer.

A todo eso es a lo que nos referimos al decir que ejercen un impacto enorme sobre las masas de agua de estuarios y bahías costeras.



8 Comentarios

  1. Interesantísimo artículo. No nos damos cuenta de la importancia de los organismos filtradores, nos quedan lejos de la vida cotidiana. A saber qué enormes cantidades de limos se depositarían sin su presencia. Igual iríamos a la playa a tomar baños de barro.

    Si no me equivoco, son también filtradores los microorganismos que se utilizan en la depuración de aguas de retorno: vorticelas y otros protistas. Al parecer se les mantiene dos o tres días sin comer y después se introducen en el agua filtrada que se quiere tratar. Cuando han limpiado el agua se extraen de ella y se mantienen en una cuba hasta la siguiente ocasión, días más tarde. Para extraerlos utilizan un curioso sistema: durante la depuración mantienen las cubas a dos o tres atmósferas de presión e incorporan CO2 , que de inmediato se disuelve en el agua. Cuando quieren sacar los microorganismos las destapan y se libera el gas igual que lo hace en el cava o la gaseosa. Las microburbujas se adhieren a los microbios y otras partículas y suben formando espumas que se recogen con facilidad. ¿No podría aprovecharse el mejillón cebra, tan cabroncete él, para la limpieza de aguas?

    Otra pregunta: se suele decir que tan sólo una fracción de la energía se transmite por la cadena trófica y se habla (creo que sin mucho fundamento) de un 10% en cada paso, pero si los organismos filtradores vuelven a introducir la materia orgánica sobrante en la cadena alimenticia, la proporción será mayor, supongo. ¿Se ha calculado qué cantidad de alimentos debemos a la acción indirecta de los filtradores?

    1. Desconozco la respuesta a la primera pregunta, aunque sospecho que todo lo que suponga facilitarle las cosas al mejillón cebra no nos interesa.
      En la cadena trófica se transmite el 10% de lo consumido al siguiente nivel. Aproximadamente es así (aunque los ectotermos transfieren algo más). Eso quiere decir que un diez por cierto de la energía consumida se deposita en forma de biomasa propia y queda, por lo tanto, a disposición de los consumidores del próximo nivel. Pero además de eso, todos los animales (no sólo los bivalvos) devuelven parte de la energía consumida -en forma de heces- al medio. Es lo que no absorben, pero en rigor no cabe hablar de que se transfiere al siguiente nivel trófico, sino que bacterias y detritívoros tienen a su disposición ese material como fuente de alimento.

  2. Ola, interesante artículo sobre estos incansables filtradores. La duda que planteo es medioambiental, la Ría de Arosa (como todas las Rías Baixas) soporta una densidad de población muy alta, los saneamientos urbanos dejan mucho que desear, de hecho la CE europea ha advertido seriamente a la administración autonómica en varias ocasiones, y hablo en concreto del caso de la Ría de Vigo. La Ría de Pontevedra tiene una fábrica de celulosa que en el año 2002 fue condenada por Delito Ecológico Continuado y aun hoy soportamos una seria controversia sobre estos efluentes. Se plantea aquí la pregunta de cómo afectan vertidos de naturaleza química a los viveros, sabemos que hay una renovación importante de agua con cada marea, y con temporales de invierno, pero, como queda dicho, los vertidos urbanos van tratados defectuosamente, detergentes de todo tipo incluidos; esos vertidos industriales a escasas millas de los parques de bateas como de las zonas intermareales donde se recolecta almeja, podrían ser factores a tener en cuenta cuando hablamos de filtradores para el consumo humano. O preguntado de otra manera: podemos estar comiendo toda esa basura química e incorporándola a nuestro organismo sin enterarnos??

    Estas preguntas son inquietantes porque un análisis bacteriológico al uso no detecta la tasa de mercurio que contienen, por poner un ejemplo.

    Enhorabuena por el blog, un saludo.

    1. Tiendo a pensar que las autoridades sanitarias no se limitan a analizar la calidad bacteriológica de los productos que se comercializan para su consumo. Tengo entendido que analizan también la presencia de un buen número de sustancias potencialmente dañinas y que si se permite la comercialización es porque cumplen los requisitos. Eso espero.

  3. Ante todo muy buen articulo. Ahora bien, si usted escribe «ría de Gernika», porque escribe «ría de Arosa». Lo correcto, a mi entender, sería «ría de Arousa».
    Muchas gracias!

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Por Juan Ignacio Pérez, publicado el 27 enero, 2015
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