Los colibríes no se envenenan con agua

Por Juan Ignacio Pérez, el 14 febrero, 2018. Categoría(s): General ✎ 12

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En cierto modo es sorprendente que los colibríes no se enevenen con agua. Técnicamente, el envenenamiento con agua se denomina hiperhidratación; es el mal que sufren los animales que beben agua en exceso, y es un peligroso mal.

Los seres humanos también pueden sufrir hiperhidratación aunque suele ser la consecuencia, directa o indirecta, de alguna enfermedad. Por ejemplo, aunque resulte paradójico, la gastroenteritis puede provocarla. Si por culpa de la gran pérdida de líquido provocada por una gastroenteritis se bebe una cantidad excesiva de agua, puede ocurrir que se produzca un descenso significativo, y peligroso, de la concentración de sales del medio interno. Eso puede ocurrir porque cuando se pierden líquidos, también se pierden sales y, sin embargo, cuando se bebe agua para recuperar el estado normal de hidratación, ese agua prácticamente no las contiene, con lo que en el balance final el resultado neto es neutro en lo que al agua se refiere, pero es negativo con respecto a las sales. Se han dado casos de deportistas que han perdido la vida por esa causa en plena competición, por no haber repuesto, junto con el agua, las sales perdidas. Y se cree que Andy Warhol, que falleció como consecuencia de una arritmia cardiaca, pudo verse afectado por un episodio de envenenamiento con agua, puesto que al practicársele la autopsia se observaron síntomas de hiperhidratación.

Elvira cupreiceps (Esmeralda capirotada) (Imagen:  Gauayacancr, Wikipedia)
Elvira cupreiceps (Esmeralda capirotada) (Imagen: Gauayacancr, Wikipedia)

La función cerebral es la que en mayor medida puede verse afectada por la hiperhidratación, puesto que si el medio interno se diluye en exceso, se puede producir un desequilibrio muy peligroso en el balance de electrolitos entre el líquido intersticial que baña las neuronas (medio interno) y el plasma neuronal. Es imprescindible que se mantenga ese equilibrio de electrolitos para que los impulsos nerviosos puedan generarse y propagarse con normalidad.

En la naturaleza no son muchos los animales expuestos a un riesgo como ese. Los anfibios podrían encontrarse en esa situación, ya que su piel es muy permeable y su medio interno tiene una concentración de sales más alta que el agua en que viven; pero eliminan el agua que entra en su organismo produciendo grandes volúmenes de orina. La orina de los anfibios, además, es muy diluida, casi no contiene sales, puesto que el riñón es muy eficaz recuperándolas. Los peces teleósteos de agua dulce también podrían envenenarse de ese modo si no fueran capaces de evitar la invasión de agua en sus tejidos, pero sus tres barreras contra la dilución son muy eficaces[1].

Los colibríes, debido a su modo de alimentación, han de hacer frente a un problema similar. No es un problema menor, ni mucho menos, puesto que la entrada de agua en sus organismos es incluso mayor que la que experimentan los anfibios. El néctar, su principal alimento, es una disolución acuosa de azúcar, por lo que, dado el pequeño tamaño de estas aves, en poco tiempo se ven obligados a ingerir enormes volúmenes de líquido: en doce horas ingieren una cantidad de néctar que equivale a entre cinco y quince veces su propia masa corporal, y eso significa que han de incorporar mucha agua.

En un principio se pensaba que el intestino del colibrí sólo absorbe una pequeña fracción del agua ingerida. Eso es, de hecho, lo que hacen las aves de la familia Nectariniidae, que como su propio nombre indica, también se alimentan de néctar. Pero los colibríes son diferentes, puesto que absorben un 80% del agua ingerida, y eso quiere decir que sus riñones han de expulsar la mayor parte de ella. Son riñones muy eficaces, y muy flexibles además, puesto que la mayor parte del trabajo deben hacerlo de día, ya que en la noche el colibrí entra en una especie de letargo y los riñones dejan prácticamente de trabajar.

El del exceso de agua no es un problema menor para los colibríes, porque por eficaces que sean, los riñones tienen sus límites. Es más, es muy posible que sea esa la razón por la que vivan en zonas cálidas. En los lugares fríos los animales homeotermos pierden más calor y a consecuencia de ello, han de comer más que en los lugares cálidos; por eso, un colibrí, si viviera en un lugar frío, tendría que comer más, y ello supondría un gran problema, puesto que los riñones se verían obligados a procesar mayores volúmenes de agua. De hecho, los colibríes expuestos a temperaturas frías pierden peso, ya que por culpa del exceso de agua no pueden ingerir todo el néctar que hubiesen necesitado.

Como he señalado antes, es diferente el comportamiento de los miembros de la familia Nectariniidae: no absorben toda el agua ingerida, ya que pueden llegar a descartar hasta el 60%. Se desconoce el mecanismo que les permite comportarse de ese modo, pero sabemos que es absolutamente necesario para ellos, dado que los lugares en los que viven experimentan a menudo bajas temperaturas.

La vida se presenta en ocasiones en forma de un nudo enrevesado: tres factores, -tamaño, temperatura, y modo de alimentación-, condicionan la distribución geográfica de los colibríes, y lo hacen de una forma inesperada.

Referencia: C. Martínez del Rio, J. E. Schondube, T. J. McWhorter, y L. G. Herrera (2001): Intake Responses in Nectar Feeding Birds: Digestive and Metabolic Causes, Osmoregulatory Consequences, and Coevolutionary Effects; American Zoologist 41 (4): 902-915.

[1] La primera barrera es la piel impermeable; la segunda barrera la conforman la alta producción de orina y su baja concentración de sales; y la recuperación extrarrenal de sales constituye la tercera barrera. Es esta última la que de hecho evita la hiperhidratación, puesto que es el mecanismo que de forma específica opera con ese fin.

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12 Comentarios

  1. Algún día estaría bien que hicieras un artículo sobre si es malo beber agua de baja mineralización (dicen que para los riñones) o si es bueno (porque proporciona minerales necesarios). Supongo que depende del mineral.
    Y sobre las campañas para que bebamos muchos litros.

  2. Muy interesante el artículo. Lo que me gustaría saber es qué tan saludable es que las personas coloquen bebederos con néctar (hecho con azúcar refinada) a los colibríes. No encontré información al respecto..

  3. Si, los bebederos de azúcar sí tienen un efecto sobre los colibríes. Modifican las pautas de alimentación y evitan que las aves cumplan su función polinizadora visitando menos plantas (no recuerdo ahora la referencia del artículo). Lo que parece que no se sabe es el efecto sobre el crecimiento o el metabolismo, pero el azúcar es un alimento muy pobre en comparación con el néctar del que se alimentan.

  4. Vivo en Chile, aquí en el centro norte del país existen tres especies de colibríes y las tres anidan entre la salida de invierno a la entrada del verano. Claro está que la visita no es simultánea para las tres especies, se suceden en el tiempo, pues son migrantes, al parecer para no competir por la flora.
    Los tres los puedes buscar en la web:
    1. Sephanoides sephanoides
    2. Rodophis césped
    3. Patagonia gigas (El de mayor tamaño en el mundo).
    Estos son los que anidan en nuestra zona.

    1. Yo vivo en el Caribe colombiano, les pongo bebederos pero no residen en mi patio. Son itinerantes, llegan toman unos sorbos y siguen su camino y actuar natural. En este caso no hay afección a la polinización ni el néctar con azúcar se convierte en su alimentación principal

  5. La mayoría de las personas que les ponen bebederos a los colibries es porque quieren disfrutar la belleza y peculiaridad de estas diminutas aves, sin tomar en cuenta si afecta al medio ambiente, pero sobre todo a la salud del colibrí.
    Por otra parte, yo no soy experto en la materia, pero pienso que debe existir alguna razón por la que en ocasiones los colibries prefieran el néctar de los bebederos al delicioso y nutriente néctar de las flores y una de ellas es que en las zonas muy cálidas o desérticas necesitan consumir y metabolizar el azúcar más rápido para cargar energía.

  6. En mí jardín tengo muchísimas flores pero tanto en invierno (que no hay) como en verano (que hace muchísimo calor) les armamos el néctar.

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Por Juan Ignacio Pérez, publicado el 14 febrero, 2018
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