Peces translúcidos

Por Juan Ignacio Pérez, el 5 noviembre, 2014. Categoría(s): General ✎ 5
Imagen: Wikipedia
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Peces raros los hay en todos los oceános y cada una de las rarezas suele obedecer a alguna razón. En los mares antárticos hay un grupo de peces, de la familia Channichthydae, a los que cabe calificar de raros con toda propiedad. Porque lo son: su sangre no tiene hemoglobina ni sus músculos mioglobina. En esas carencias consiste su rareza. Al carecer de pigmento respiratorio, su sangre no tiene el color rojo característico de la sangre de vertebrados; son blanquecinos, casi translúcidos. Se les llama peces hielo o dracos. Ah! Y son feos, muy feos.
Los dracos carecen de hemoglobina porque no es funcional un gen que codifica la síntesis de la ß-globina, una de las cadenas peptídicas que conforman la hemoglobina. ¿Por qué han perdido la hemoglobina estos peces en el curso de su evolución? ¿No necesitan hemoglobina para captar el oxígeno y llevarlo a las células?

La primera pregunta no tiene una respuesta fácil. En opinión de los especialistas, la sangre de los dracos tendría una viscosidad excesiva si tuviera hemoglobina, tanto si ésta se encontrase en suspensión coloidal como si estuviese dentro de los eritrocitos. El hematocrito de la sangre de los vertebrados es, aproximadamente, de un 46% y su viscosidad viene a ser tres veces más alta que la del plasma sanguíneo. Pero además, la viscosidad depende de la temperatura, de manera cuando baja ésta, aquélla se eleva. Por esa razón la viscosidad de los fluidos corporales de los peces que viven a temperaturas, por encima o por debajo, muy próximas a los 0ºC, puede llegar a ser muy alta. Y puede acentuarse de forma considerable cuando en esos fluidos hay sustancias como la hemoglobina. Bajo esas circunstancias, la alta viscosidad elevaría en exceso el coste energético que conlleva el bombeo de sangre y podría llegar, incluso, a dificultar de forma severa ese bombeo. Y esa es, posiblemente, la razón por la que algunos peces adaptados a vivir en aguas gélidas han “prescindido” de la hemoglobina en el curso de la evolución. Se trataría de una adpatación al frío. El de estos peces es quizás un caso extremo, pero no constituye ninguna excepción, pues otros peces adaptados a aguas frías tienen de hecho menos glóbulos rojos que los peces de aguas más templadas. Los peces-hielo serían, por lo tanto, el extremo de una tendencia de carácter general.

La respuesta a la segunda pregunta es, evidentemente, que no necesitan el pigmento. Si fuera de otra manera no habrían podido sobrevivir y perpetuarse. Lo cierto es que el único mecanismo de transporte de oxígeno, aparte del movimiento sanguíneo, es la disolución en el plasma y su difusión a los tejidos. No hay más. Los peces podrían, quizás, haber reducido su tamaño: de esa forma se facilita enormemente la difusión, pero en su evolución se ha descartado esa opción. La especie Chaenocephalus aceratus, por ejemplo, tiene ejemplares de medio metro.

Chaenocephalus aceratus
Chaenocephalus aceratus

Lo que parece claro es que estos peces tan sólo pueden colonizar medios como el de las aguas antárticas. Tienen una alto grado de oxigenación y la temperatura se mantiene por debajo de los 2 ºC durante todo el año. A esa temperatura (ambiental y corporal) el oxígeno se disuelve con gran facilidad. Por otro lado, al ser animales poikilotermos, su actividad metabólica es muy baja, por lo que bajas son también sus necesidades de oxígeno. Y a lo anterior, cabe añadir dos adaptaciones anatómicas muy importantes a los efectos que nos ocupan. Por un lado, tienen un corazón muy grande, que bombea entre cinco y diez veces más sangre que la de los otros peces de tamaños similares. Y por el otro, también tienen capilares sanguíneos muy gruesos; eso facilita enormemente el flujo sanguíneo, puesto que la resistencia al flujo depende negativamente del diámetro del tubo. Como consecuencia, se facilita la irrigación de los tejidos y, en consecuencia, la transferencia de oxígeno.

A lo anterior, cabe añadir que en estos peces la superficie corporal cumple también, como en los anfibios, el papel de superficie respiratoria, lo que disminuye de forma notable la necesidad de un eficiente sistema de transporte de gases. De hecho, tienen branquias muy pequeñas, su piel carece de escamas y en la dermis hay abundantes vasos sanguíneos, lo que aumenta de forma considerable la eficiencia en la transferencia cutánea de oxígeno.



5 Comentarios

  1. Al leer el título me acordé de los peces transparentes (hay varios) muy populares entre los acuaristas, como el siluro de cristal (Kryptopterus_bicirrhis). Nunca me había parado a pensar que el desafío de un pez así puede estar en no tener hemoglobina y mioglobina, algo que en el caso de un pez tropical, capaz de vivir en aguas mucho más cálidas que estos peces antárticos, tiene que ser una faena. A su favor tienen que son mucho más pequeños que esos otros, pero me pregunto cómo habrán solventado ese mismo problema. Interesantísimos bichos.

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Por Juan Ignacio Pérez, publicado el 5 noviembre, 2014
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