Carrera de armamentos animal

Por Juan Ignacio Pérez, el 2 abril, 2015. Categoría(s): General ✎ 1
Taricha granulosa (Fuente: Wikipedia)
Taricha granulosa (Fuente: Wikipedia)

En cierta ocasión, un joven de 29 años del estado de Oregón (EEUU) que había bebido más de la cuenta, se tragó una salamandra por una apuesta con sus amigos de francachela. La salamandra pertenecía a una especie, Taricha granulosa, muy común en la costa oeste de Norteamérica, muy venenosa. El joven se puso fatal y todos los esfuerzos que se hicieron para salvar su vida resultaron baldíos. En menos de 24 horas abandonó este mundo para siempre. Lo que era una simple intoxicación alcohólica se acabó convirtiendo en una intoxicación mortal.

La piel de las salamandras del género Taricha es muy venenosa y T. granulosa es una de las especies más conocidas del género. En la zona en que se encuentra todo el mundo es conocedor de su carácter venenoso.

En otra ocasión ya me ocupé de otro animal venenoso, el pez globo. La toxina contenida en sus tejidos bloquea los canales de sodio dependientes de voltaje; esos canales son los responsables de la despolarización de las membranas neuronal y muscular, que es la base de la transmisión de impulsos nerviosos. Pues bien, se da la circunstancia de que el pez globo y esta salamandra tienen la misma toxina, la tetrodotoxina (TTX), potente y bien conocido neurotóxico. En esta ocasión me ocuparé, sí, de la salamandra, pero también de otra especie relacionada con ella, una serpiente cuyo nombre científico es Thamnophis sirtalis y que resulta ser el único depredador conocido de la salamandra venenosa.

Thamnophis sirtalis tiene la particularidad de que puede tolerar la tetrodotoxina, aunque no todos los ejemplares de la especie tienen el mismo grado de tolerancia. La tolerancia es variable, tanto entre individuos, como entre poblaciones. De hecho, hay una gran variabilidad interpoblacional en ese carácter, hasta el punto de que los individuos de unas poblaciones tienen un grado de tolerancia a la tetrodotoxina hasta cien veces superior al de otras. Se trata de un carácter que varía también entre los individuos de una misma población y es heredable y, por ello, sujeto a selección natural. No es sorprendente, por lo tanto, que la tolerancia de las serpientes a la tetrodotoxina presente una variación geográfica que reproduce en gran medida la variación geográfica del grado de toxicidad de la piel de las salamandras. Dicho de otra forma, las serpientes con una mayor tolerancia a la TTX son las que viven en las zonas que ocupan las salamandras cuya piel es más tóxica.

Thamnophis sirtalis (fuente: Wikipedia)
Thamnophis sirtalis (fuente: Wikipedia)

Además, del mismo modo que se observa coincidencia espacial entre el nivel de tolerancia de las serpientes y el de la toxicidad de las salamandras, también se ha comprobado que los cambios que ocurren a lo largo del tiempo en los dos caracteres obdecen a ese mismo patrón. Esto es, se ha comprobado que existe correspondencia entre los aumentos de la toxicidad de las salamandras en una zona y los de la tolerancia de las serpientes en esa misma zona.

La conclusión que cabe extraer de este conjunto de observaciones es que entre salamandras y serpientes se ha establecido una especie de carrera armamentística, puesto que cuanto mayor es la potencia tóxica de Tarycha granulosa, mayor es la tolerancia a la toxina de Thamnophis sirtalis. Al veneno de la salamadra responde la serpiente con su tolerancia al mismo, y lo hace, además, en una medida proporcional.

Como he señalado antes, tanto neuronas como células musculares cuentan con canales de sodio depndientes de voltaje cuyo concurso es esencial para que se produzcan las despolarizaciones transitorias de la memebrana celular en que consisten los impulsos nerviosos. Pues bien, en experimentos realizados con canales de sodio de células musculares de la serpiente Thamnophis sirtalis se pudo comprobar que su tolerancia se basa en la sensibilidad de los canales de sodio dependientes de voltaje para con la toxina. Esa sensibilidad varía entre individuos, de manera que los individuos con mayor tolerancia a la TTX tienen canales de sodio menos sensibles a la toxina.

Esta historia es modélica en lo relativo a los mecanismos mediante los que opera la selección natural. Por un lado, se ha observado variabilidad, -inter e intrapoblacional-, en un carácter con alto valor adaptativo; por otro lado, se ha visto que esa variabilidad está relacionada con un factor ambiental; y por último, también se ha identificado el mecanismo molecular implicado. Nos encontramos, además, ante un fenómeno de evolución que está ocurriendo ante nosotros. ¿Qué más se puede pedir?

Referencia: “Mechanisms of Adaptation in a Predator-Prey Arms Race: TTX-Resistant Sodium Channels” Shana Geffeney et al. Science 297, 1336 (2002); DOI: 10.1126/science.1074310

No dejéis de ver el vídeo; la salamandra intimida a un primer posible depredador, la serpiente, pero el segundo, un sapo toro, no se arredra. Lo que ocurre a continuación es alucinante:

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=kvBi5Wv8-qg[/youtube]



1 Comentario

  1. Fantástico como siempre Juan Ignacio y brutal el video. Por cierto… menudo pedazo sapo. Es un caso apasionante de selección natural y adaptación. Gracias!

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Por Juan Ignacio Pérez, publicado el 2 abril, 2015
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