Un peligroso bivalvo

Por Juan Ignacio Pérez, el 1 febrero, 2017. Categoría(s): General ✎ 4

 

Imagen: D. Jude, Univ. of Michigan.
Imagen: D. Jude, Univ. of Michigan.

Es el mejillón cebra. Es peligroso porque se va extendiendo poco a poco por sistemas de agua dulce en los que antes no vivía, y allí donde llega causa grandes daños, tanto ecológicos como económicos.

Su nombre científico es Dreissena polymorpha, y en realidad no es un mejillón. Dreissena se encuentra más próximo a las almejas y bivalvos similares que a los mejillones. El nombre común obedece al hecho de que tienen cierta semejanza con los mejillones en la forma, aunque el mejillón cebra es más pequeño que los mejillones marinos. También se parecen a los mejillones en que se adhieren al sustrato mediante un “biso”, hebras de naturaleza protéica que se adhieren a superficies sólidas y que tienen una gran resistencia. Y el apelativo “cebra” se refiere al dibujo a rayas de la concha, que recuerda a las líneas de las cebras.

Dreissena polymorpha es de pequeño tamaño; puede alcanzar los 5 cm de longitud. Procede de los lagos del sudeste de Rusia, pero es una especie invasora, y se ha distribuido por muchísimos lugares del planeta. Tolera aguas de diferentes salinidades durante periodos prolongados y en lo relativo a la temperatura, tiene un rango de tolerancia bastante amplio. Además, desde el punto de vista biológico es muy eficiente, puesto que produce cantidades de huevos altísimas, más altas que las que suelen producir otros bivalvos de agua dulce.

Durante el siglo XIX se extendió por los canales del continente europeo hasta llegar al Mar del Norte y a Gran Bretaña. Al sur de Europa llegó más tarde; durante el último cuarto del pasado siglo alcanzó las penínsulas ibérica e itálica. En 1988 llegó a Norteamérica, a los Grandes Lagos y desde entonces no ha dejado de expandirse, poco a poco, por toda Norteamérica. Esa gran extensión se ha producido gracias a los traslados de pequeñas embarcaciones de pesca o de recreo entre ríos y lagos; las larvas y pequeños bivalvos van adheridos al fondo de las embarcaciones, lo que dificulta su detección.

Dreissena causa daños enormes. En muchas ocasiones ha desplazado a las especies autóctonas. Son capaces de asentarse encima de las poblaciones de bivalvos preexistentes, matando a los que quedan debajo. Surgen de esa forma nuevos asentamientos de mejillones cebra. Además, provocan grandes daños cuando se adhieren a estructuras de madera o de otros materiales empleados en obras propias de lagos, pantanos o ríos, como tuberías, canales, vigas de soporte y bombas de trasiego. Si penetran en el interior de una tubería, en pocos años pueden llegar a cegar su luz. Ello hace que se deban gastar importantes cantidades de dinero en limpiar y restaurar esas estructuras.

Se conoce un pez que come mejillones cebra, es el pez de agua dulce Rutilus rutilus. En algunas localidades, representan hasta un 90% de todo lo que comen esos peces. Sin embargo, todavía no se conoce ningún lugar en el que Rutilus haya llegado a limitar las poblaciones de mejillón cebra.

No es ninguna exageración afirmar que Dreissena polymorpha es una peligrosa plaga. Además de ser un enemigo de la biodiversidad de ríos y lagos, los daños económicos que puede causar son muy importantes, y hasta el momento no se ha encontrado ninguna forma eficaz de combatirla. El especialista David Aldridge, en la ponencia inaugural dictada en el Congreso Europeo de Malacología organizado por la Universidad del País Vasco y celebrado en julio de 2011 en Vitoria, ha propuesto utilizar toxinas microencapsuladas para acabar con esta especie. La idea tiene sentido, porque se basa en el modo de alimentación de la mayoría de los bivalvos, que consiste en la filtración de partículas microscópicas que se encuentran en suspensión en la masa de agua. No obstante, antes de ponerla en práctica habría que comprobar si, como afirman sus defensores, además de ser efectivo con las dreisenas, el método no es dañino para otras especies.

Imagen: GerardM (Wikipedia)
Imagen: GerardM

Añadido para los lectores vascos:

En agosto de 2007 se detectó la presencia de larvas de mejillón cebra en el embalse guipuzcoano de Lareo. El descubrimiento encedió la alarma, puesto que esa fue la primera ocasión en que se habían encontrado larvas de esta especie en algún cauce o masa de agua de la vertiente cantábrica. Según las investigaciones que se realizaron después de ese descubrimiento inicial, no se volvieron a detectar esas larvas en el pantano. Sin embargo, no ha dejado de extenderse; tras detectarse su presencia en el sistema de pantanos del Zadorra (Álava), en julio de 2011 también confirmó la existencia de poblaciones de ejemplares de adultos de esta especie en el pantano de Undúrraga, en el curso alto del río Arratia (Vizcaya), ya en la vertiente cantábrica. Se da la circunstancia de que el embalse de Undúrraga recibe una media anual de 148 hm3 de agua procedente del embalse de Urrúnaga, y está a su vez conectado con el sistema Ulibarri-Gamboa, del Zadorra (ambos en la cuenca del Ebro).

La situación actual de Dreisena polymorpha en los ríos de la Comunidad Autónoma Vasca puede consultarse aquí.

 



4 Comentarios

    1. Son comestibles por lo que he leído por ahí. El problema es que filtran tan bien el agua que absorben las toxinas y contaminantes que pueda tener.

    2. Justo. Que hagan un Máster Chef del Mejillón Cebra y nos cuenten lo de la fusión y el maridaje.

      Bromas aparte, que se anden con ojo, y recuerden como en Australia se metió la mixomatosis para liberarse de los conejos

  1. En el río Paraná-de la Plata en Argentina tenemos una invasión similar, pero de mejillón dorado (Limnoperma fortunei). Es originario de la China y está causando estragos.

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Por Juan Ignacio Pérez, publicado el 1 febrero, 2017
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