Como casi todos los animales, Godzilla ha crecido desde que nació. Durante el siglo pasado, apenas llegaba a los 50 m de altura, pero en el XXI ha alcanzado dimensiones formidables. En 2014 (Legendary) Godzilla superó los 100 m de altura y en 2016 (Resurgence) casi alcanzó los 120 m. Veremos a dónde llega la de 2017. Los números de estos animales impresionan y su biología es casi inconcebible.
En 2014 Godzilla pesaba 20.000 toneladas (para que nos hagamos una idea, una gran ballena azul pesa 150 T). Suponiendo que Godzilla sea homeotermo (yo diría que lo es), para mantener un cuerpo de esas dimensiones necesita comer 25 T de alimento diarias, de las que una parte quedan sin ser absorbidas: defeca, al menos 3 T al día. También necesita orinar, claro: elimina unos 20.000 litros diarios de pis.
Su cuerpo tiene más de millón y medio de litros de sangre. El corazón pesa 100 T y tiene un diámetro aproximado de 15 m. Eso sí, trabaja muy lentamente: sólo late dos veces por minuto, aproximadamente. Cualquiera de nosotros podría pasear tranquilamente por el interior de su aorta: tiene alrededor de 3 m de diámetro.
La masa encefálica de Godzilla solo representa un 0.001% de la corporal, lo cual no implica nada en relación con su inteligencia o capacidades cognitivas. Duerme poco, necesita menos de una hora diaria de sueño y es previsible que llegue a vivir, al menos, 2.000 años.
Si pudiera andar, lo haría a una velocidad de unos 20 km/h pero, en realidad, no puede. De hecho, Godzilla es un monstruo imposible. Lo fue desde su nacimiento y cuanto más crece más imposible es. Sus extremidades inferiores deberían tener unos 20 m de diámetro, pero sus muslos habrían de ser más anchos aún: unos 30 m. En otras palabras, todo Godzilla debería ser extremidades inferiores para que no colapsase. Es lo que tienen los monstruos, que como vimos aquí, para poder existir no pueden ser tan monstruosos.
Fuente: Geoffrey West (2017): Scale, Penguin Random House, London.
Nota: esta anotación es un modesto homenaje a dos divulgadores a los que admiro, Sergio Palacios y Carlos Lobato.
Algo similar pasa con los dragones más grandes en Dragones y Mazmorras, que son descritos con el peso de un Airbus A380 y amén de envergaduras alares mayores tengan el cuerpo del tamaño también de un avión de pasajeros, aunque menor.
Bendita magia que hace todo eso posible como sus armas de aliento.
Y si no es un ser biológico?
En ese caso las cuentas las debería hacer un ingeniero.
Hace muchos años, leí un artículo de Isaac Asimov sobre el mismo tema, a propósito de una película con hormigas del tamaño de un autobús. La cuestión se puede denominar efectos de escala o de escalación, y se puede explicar mediante teoría dimensional. Para que a Godzilla no se le rompieran las piernas, estas deberían ser mucho más anchas, o bien se debería sustituir el hueso por un material con mucha más resistencia (módulo de Young). Pero en tal caso, no tienes una hormiga, claro, tienes una excavadora hecha de acero.
Y como las leyes físicas son las mismas, lo mismo rige para máquinas y seres vivos, solo que aquellas son mucho más simples. En fisiología y biología, además de los fenómenos mecánicos y energéticos a gran escala, tienes (bio)química, electroquímica, microfluidíca, y algunos efectos más, aparte de que los materiales poseen una estructura compleja con una disparidad de escalas muy grande.
Yo también lo he leído. Es un ensayo muy interesante en el que habla de otros «bichos» gigantes y comenta como (SPOILERS: la física se encargarían de que no duraran un asalto) alguien que supiera escribir ciencia-ficción de preocuparía al menos de intentar justificarlo de otras maneras.
Ese ensayo se llama «Tamaño justo», del libro «El electrón e zurdo». En él se habla de la ley cuadrado cúbica. Interesantísimo y muy ameno de leer, como todo lo que escribió este hombre.