Las aves pueden perder una cantidad significativa de calor por el pico. Las aves con grandes picos, como los tucanes, pueden perder mucho calor a través de su superficie. De hecho, sabemos que el flujo de sangre por ese órgano se encuentra sometido a control fisiológico. Al volar, el pico cumple una importante función al ayudar a disipar buena parte del excedente de calor que resulta de la elevación de la actividad metabólica propia de esa situación y, a tal objeto, los vasos sanguíneos que irrigan el pico se mantienen completamente abiertos. Se produce así un importante flujo sanguíneo bajo la superficie, de tal forma que el calor fluye del interior del organismo hasta el pico y desde ese apéndice, al exterior. Por el contrario, cuando el tucán se encuentra en reposo o baja la temperatura ambiental, el flujo de sangre se reduce, ya que los vasos sanguíneos se mantienen cerrados, y de esa forma apenas pierden calor por esa vía. El del tucán es un buen ejemplo, porque vive en zonas relativamente cálidas, en las que necesita disipar calor aunque esa necesidad puede ser variable.
Pero el pico, a efectos de regular la temperatura corporal, no sólo es importante para los tucanes, también puede serlo para la mayoría de las aves. De hecho, hay una clara relación entre el tamaño del pico de un ave y el régimen térmico de la zona en la que vive. Es una relación positiva, esto es, las aves que viven en zonas más cálidas tienden a tener picos de mayores dimensiones que los de las aves de zonas frías.
La anatomía de los animales se modifica gradualmente a lo largo del tiempo en respuesta a presiones selectivas. Por eso, el tamaño del pico de un ave en una localidad y en un momento dados son el resultado, en parte al menos[1], de un proceso gradual de adaptación a la temperatura de esa localidad. Pero hace relativamente poco tiempo, un grupo de investigadores ha observado que, al menos en cierta medida, la temperatura puede incidir en el tamaño del pico también en el curso de la vida de los individuos. Esa conclusión se basa en los resultados de un experimento en el que mantuvieron pollos de codorniz japonesa (Coturnix japonica) a dos temperaturas diferentes. Los pollos mantenidos a 35ºC desarrollaron picos más grandes que los mantenidos a 15ºC. Es más, midieron la temperatura superficial de los picos de pollos criados a las dos temperaturas, al objeto de disponer de una indicación relativa a la intensidad de la disipación de calor a través del pico en unos y otros. Observaron que cuando se encontraban a 15ºC, los pollos que se habían criado a la temperatura alta disipaban más calor por ese órgano que los criados a la temperatura baja. O sea, los mantenidos a alta temperatura no sólo desarrollaron picos de mayor tamaño que los criados a la temperatura inferior, sino que, además, la densidad de vasos sanguíneos bajo la superficie del pico también era seguramente mayor.
La flexibilidad fenotípica -como la observada en este trabajo- es responsable, seguramente, de parte de la variación geográfica observada en las dimensiones de los picos de las aves. Pero no debemos pensar que toda o casi toda la variabilidad existente tiene su origen en esa flexibilidad, porque las diferencias entre especies o entre poblaciones son consecuencia, sobre todo, de procesos adaptativos que cursan en larguísimos periodos de tiempo. En otras palabras, un tucán no desarrollaría un pico del tamaño del de un pingüino aunque se criase a temperaturas próximas a 0ºC; de hecho, ni siquiera sobreviviría a esas temperaturas.
En conclusión, la influencia de la temperatura sobre el tamaño del pico de las aves es de dos tipos, la historia térmica de la especie, por un lado, y las condiciones ambientales bajo las que transcurren las primeras semanas de vida de los individuos, por el otro.
Fuente: G. Burness, J. R. Huard, E. Malcolm, G. J. Tattersall GJ. (2013): “Post-hatch heat warms adult beaks: irreversible physiological plasticity in Japanese quail”. Proc R Soc B 280: 20131436. http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2013.1436
[1] Lógicamente, y dado que el pico es el órgano de adquisición de alimento, los factores nutricionales tienen una importancia muy grande como condicionantes de su forma y tamaño. El factor térmico es otro factor más, no más importante que los nutricionales, pero importante.
Muy buen artículo. Soy de Venezuela y quiero conocer más de aves, las he estado observando detenidamente durante un par de meses, nunca les había prestado atención, me han fascinado ¿Qué me recomiendas para conocer más de ellas y poder investigarlas más adelante? Tengo entendido que pese a la enorme biodiversidad de mi país no se hacen muchos estudios en ornitología.
Hola Gabriel
Lamento no poder ser de ayuda. Mi campo de especialización no es el de la taxonomía de aves. Aquí me limito a contar aspectos de la fisiología de diferentes animales, pero carezco de conocimiento sistemático acerca de un grupo u otro.
Quizás te resulte de ayuda acudir a una sociedad ornitológica, las hay muy buenas en muchos países.
Gracias por tu interés.