Hace una temporada expliqué aquí en qué basa el pez globo su peculiar defensa química. Tetrodotoxina. Ese es el tóxico que produce y que tan efectivo resulta. La tetrodotoxina bloquea los canales de sodio dependientes de voltaje que participan en la generación de potenciales de acción. Por eso, si se bloquean, no se transmiten impulsos nerviosos, y si se ingieren ciertos tejidos de pez globo, o si se entra en contacto con las puas que adornan su exterior, se produce parálisis muscular. La parálisis puede ser más o menos severa, o puede quedarse en esa sensación de hormigueo que tanto aprecian los japoneses en la carne del pez.
Aquí tenemos un peculiar lance: un mero se zampa un pez globo. ¿Qué ocurrirá?
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