Heterocephalus glaber, conocido como rata topo lampiña, es sin ninguna duda el mamífero más extraño del mundo. Vive bajo las áridas praderas de Somalia, Kenia y Etiopía, y nos fijemos en el rasgo en que nos fijemos, no hay mamífero más raro que este roedor.
Como su propio nombre indica, estas ratas topo carecen de pelo. Tienen un aspecto muy extraño, aunque más que su aspecto, lo verdaderamente extraño es su estructura social. Son roedores excavadores que forman colonias, y viven y se reproducen como las termitas. Son eusociales, uno de los dos únicos mamíferos eusociales que se conocen. Otra rata topo, Cryptomys damarensis, es la otra especie eusocial conocida. En cada colonia hay una única hembra reproductora. Los machos son más pequeños, y se ocupan de conseguir el alimento y de excavar las galerías. Sólo hay dos o tres machos reproductores en cada colonia; los demás se limitan a trabajar.
Su temperatura corporal se mantiene constante a 30ºC. Para ser un mamífero, se trata de una temperatura corporal extraordinariamente baja; lo que ocurre es que no es en absoluto baja si pensamos que la fuente de calor que la mantiene no es, como en el resto de homeotermos, la actividad metabólica del individuo, sino el calor ambiental de las galerías. Así pues, es un animal ectotermo, pues su fuente de calor es externa, el ambiente, pero es homeotermo porque la temperatura corporal se mantiene constante. El estatus térmico de la rata topo lampiña es una excepción, por supuesto, excepción que según algunos investigadores está relacionada con la vida en galerías subterráneas. No obstante, en el África subsahariana viven otras siete ratas topo y todas ellas regulan su temperatura corporal basándose en la producción endógena de calor. Así pues, no parece que vivir bajo el suelo de las praderas africanas sea suficiente razón para explicar este extraño comportamiento térmico.
Por otro lado, hay otras diferencias entre esas especies de ratas topo, diferencias que tienen que ver con la disponibilidad de recursos a que los ejemplares de unas y otras tienen acceso. Ocurre que las colonias son de mayor tamaño cuanto menor es la disponibilidad de alimento, y bajo esas condiciones también es mayor la cooperación entre los miembros de las colonias. Las ratas topo lampiñas viven en zonas muy pobres. Los suelos en los que excavan son muy áridos y los plantas que viven en esos parajes tienen tubérculos grandes, pero esos tubérculos se hallan muy dispersos. Por ello, es difícil encontrar tubérculos, pero a cambio, cuando se encuentra un tubérculo hay más comida en él. Hay que tener en cuenta, además, que cavar es una actividad muy costosa, para la que se requiere un alto gasto de energía.
La rata topo lampiña ha desarrollado un comportamiento y una fisiología que le permiten adaptarse a unas condiciones ambientales extremas. Dado que encontrar un tubérculo es muy difícil, el riesgo de morir de hambre sería muy alto si cada individuo se dedicase a buscar el alimento por su cuenta. Por ello, dado que comparten el alimento que encuentran, la mejor estrategia consiste en formar colonias grandes, puesto que esa es la manera de asegurar a todos los individuos de la colonia un suministro de alimento regular, aunque no sea mucho. Al fin y al cabo, en una estructura social como esta, y con una única hembra reproductora, es la continuidad del grupo lo que ha de garantizarse, no la de los individuos por separado.
Por otra parte, la única forma de que haya numerosos individuos en la colonia es que sean de pequeño tamaño, puesto que no puede ser que muchos sean, además, grandes. Eso, no obstante, tiene el problema de que los animales pequeños tienen una tasa metabólica más alta que los animales grandes, por lo que quizás la ectotermia y la baja temperatura corporal constituyen una adaptación para compensar el mayor gasto metabólico que se deriva del pequeño tamaño de los individuos. Está claro que un animal que no tiene que aportar calor para regular su temperatura corporal ha de gastar mucha menos energía que el que sí lo ha de hacer. Al fin y al cabo, los animales que más energía gastan en mantener su actividad metabólica son los endotermos de pequeño tamaño, pues combinan las dos principales condiciones que provocan un alto gasto. En este caso, el tamaño es una espada de doble filo: por un lado, pueden ser numerosos porque son pequeños y eso ayuda a encontrar los tubérculos escasos, pero por el otro, corren el riesgo de gastar en exceso, también por ser pequeños. Así pues, como no pueden renunciar a ser pequeños, a lo que renuncian es a la endotermia, con el importante ahorro energético que ello supone, y eso sí se lo pueden permitir por vivir en un medio térmicamente muy estable y a una temperatura ambiental relativamente alta.
Para terminar voy a referirme a una última rareza de esta especie. Viven muchos años, bastantes más que otros roedores, puesto que, en promedio, alcanzan los 30 años de vida. Es muy posible que esa vida tan larga para los estándares roedores tenga algo que ver con su bajo metabolismo y su reducida temperatura corporal. Pero no podemos afirmarlo con absoluta seguridad.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=-cdyYDj0CZc[/youtube]
Otra característica es su gran resistencia a todo tipo de cáncer, de hecho hasta hace poco se pensaba que eran inmunes, aunque hará un año o dos salió una serie con varios casos de cáncer.
Así es; está en la respuesta que le he dado a José Ramón (he visto tu nota después, porque tu comentario requería moderación por ser tu primer comentario aquí).
Gracias por el post y por toda la serie. Una duda ¿Es cierto que no desarrollan cánceres?
Gracias a ti, José Ramón, por tu comentario.
Creo que no es cierto. Hasta hace poco tiempo eso es lo que se pensaba, pero mira lo que dice wikipedia:
Resistance to cancer
Naked mole-rats have a high resistance to tumours, although it is likely that they are not entirely immune to related disorders.[12] A potential mechanism that averts cancer is an «over-crowding» gene, p16, which prevents cell division once individual cells come into contact (known as «contact inhibition»). The cells of most mammals, including naked mole-rats, undergo contact inhibition via the gene p27 which prevents cellular reproduction at a much higher cell density than p16 does. The combination of p16 and p27 in naked mole-rat cells is a double barrier to uncontrolled cell proliferation, one of the hallmarks of cancer.[13]
In 2013, scientists reported that the reason naked mole-rats do not get cancer may be because they produce an «extremely high-molecular-mass hyaluronan» (HMW-HA) (a natural sugary substance), which is over «five times larger» than that in cancer-prone humans and cancer-susceptible laboratory animals.[14][15][16] The breakthrough scientific report was published a month later as the cover story of the journal Nature.[17] A few months later, the same University of Rochester research team announced that naked mole-rats have ribosomes that produce extremely error-free proteins.[18] Because of both of these discoveries, the journal Science named the naked mole-rat «Vertebrate of the Year» for 2013.[19]
In 2016, a report was published that recorded the first ever discovered malignancies in naked mole-rats, in two individuals.[20][21]
The Golan Heights blind mole-rat (Spalax golani) and the Judean Mountains blind mole-rat (Spalax judaei) are also resistant to cancer, but by a different mechanism.[22]
Siempre pensé que la afirmación «nunca desarrollan cáncer» era probablemente una exageración producto de la bajísima incidencia de tumores, lo poco que eso se habrá realmente estudiado a conciencia, la escasez de ejemplares disponibles para la investigación, etc. De hecho, no conozco ningún trabajo en el que se haya sometido a protocolos de inducción química de tumores a estos animales. Los datos provienen de la falta de descripciones de tumores (salvo estos recientes casos en un zoo?!) y de los datos in vitro usando cultivos celulares, donde las células de NMR demuestran una extraordinaria resistencia a la transformación oncogénica.
En el caso del Spalax, o rata topo ciega, un mamífero con ciertas capacidades similares, esta extraordinaria resistencia a la formación de tumores fue analizada directamente in vivo sometiendo a algunos individuos a un par de protocolos de inducción química de tumores y en esos ensayos demostraron gran resistencia, pero no total incapacidad de transformación.
Para mí es un misterio por qué nadie publica (que yo sepa) un estudio con varios individuos, diversos tratamientos de inducción de tumores y el resultado de los mismos.
Un saludo,
Manuel
Dado lo peculiares que son estos bichos, parecería lógico que se hiciera ese estudio, desde luego.
¿Puede tener que ver con su larga vida el que su desarrollo sexual está frenado por la presencia de la hembra reproductora?
Podría tener que ver, sí, porque la reproducción suele imponer costes de supervivencia. Pero desconozco cuál es la longevidad de los dos o tres machos reproductores de cada colonia, o la de la reina. Si los individuos reproductores tienen una longevidad similar, la clave no sería esa.
Yo, no obstante, y sin descartar ese posible factor, me inclino por la relación entre longevidad, tasa metabólica y disponibilidad de alimento. Poco alimento, baja temperatura corporal, baja tasa metabólica y -supongo- baja tasa de crecimiento suelen ir acompañados por alta longevidad. Aunque la reproducción también suele estar relacionada con todo ello. En otras palabras, hay animales que viven rápido y echan la casa por la ventana, y otros viven apaciblemente una larga y aburrida vida.